domingo, octubre 04, 2009

Thórsmörk-Fimmvórduháls

Etapa 5: Thórsmörk-Fimmvórduháls

Quinta jornada del tekking: de Thórsmörk a Fimmvórduháls, cruzando entre dos glaciares y alucinando con las vistas desde Fimmvórduháls.

Para mi una de las jornadas más espectaculares del trekking . Salimos del refugio de Thórsmörk y cruzamos un último río. De hecho creíamos que ya no tendríamos que cruzar más ríos, pero no venía de uno más y comenzamos con el ritual de ponernos las “cholitas” y remojarnos las piernas con agua helada.

Tras cruzar el río encontramos un manantial e hicimos acopio de agua, pues era el último punto con agua potable segura (en Fimmvórduháls hay que derretirla del glaciar), y comenzamos la subida. Este día es el único en el que había que superar un cierto desnivel, unos 800 m, la verdad es que ya teníamos ganas de un poco de caña y a medida que subíamos comenzábamos a sentirnos “como en casa”

Los valles que íbamos superado eran espectaculares, de ese verde tan intenso que sólo hemos visto en Islandia. El recorrido tenía alguna pequeña cresta, anchas y con camino bien marcado; pero cruzarlas con el viento que suele soplar por esas latitudes o con lluvia puede suponer alguna dificultad.

Llegamos a una zona más llana donde aprovechamos para comer algo y para deleitarnos con las vistas. A nuestra izquierda observamos las lenguas glaciares del Myrdalsjökull y a nuestra derecha veíamos el más discreto Eyjafjallajökull. Hoy íbamos a pasar entre ambos glaciares.

Continuamos por una llanura pedregosa, superamos un último desnivel relevante y seguimos prácticamente llaneando cruzando entre ambos glaciares. El día era soleado, aunque empezaba a verse en el cielo nubes amenazantes (¡como cada día!).

Ya veíamos Fimmvórduháls en el horizonte, situado en la mismísima arista de las montañas.

Fimmvórduháls es un lugar espectacular, te encuentras entre dos glaciares y en frente tuyo tienes el mar. El refugio está en línea del resto de refugios del trekking, aunque más austero. No hay agua corriente y hay que derretirla del glaciar. Una vez en el refugio comenzó a llover, ese día nos habíamos salvado por los pelos.

Abrimos un fuet y una longaniza que habíamos reservado para un momento especial y pasamos una tarde divertidísima, con las bromas de nuestro compañero Juanjo y con el resto de gente que había en el refugio: dos holandeses, que ya habíamos visto en otras etapas, un belga y el guarda. Por un lado, posiblemente maldicen coincidir con españoles pues cuando ellos se van a dormir nosotros comenzamos la fiesta; pero por otro lado, lo agradecen porque se lo pasan en grande con nuestra jovialidad. Somos la alegría de la huerta, esa tarde especialmente Juanjo.

Vistas desde Thórsmörk:






Lenguas del Myrdalsjökull:





Foto de grupo:
Myrdalsjökull:


Eyjafjallajökull, a la izquierda de todo se ve Fimmvórduháls
Vistas
del Eyjafjallajökull desde Fimmvórduháls

Interior de Fimmvórduháls:
La cocida de inducción de última generación:
Lo que se agradece un fuet en este lugar:

La habitación del guarda:
Fimmvórduháls:
Vistas del mar desde Fimmvórduháls:
Truco de magia de Juanjo: un plato de spaghetti por aqui, y voila ! ha desaparecido:


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